Español: Cronica, Madrid 12.1.1929 n. 3 pagina 16

EN PLENO FOLLETIN – EL CRIMEN DE LA CALLE DE TUDESCOS – LA HISTORIA DE UN RETRATO DE LA DESVENTURADA VICENTA VERDIER

- Como se que estas cosas intimas no le interesan al publico, y como se tambien que tu no has venido a escuchar lamentaciones, sino a que te cuente anedoctas y episodios de mi vida periodistica, te dirè algo del celebre crimen de la calle de Tudescos.

- Vamos a ver. Cuenta, cuenta..

- Como recordaras, fue un crimen sensacional.

- Ya lo creo que fuè! Y es.

- Todavia se habla de el!

- Y se hablara durante mucho tiempo! No es nada un crimen cometido en pleno dia, en una calle tan centrica como la de Tudescos, sin que nadie sepa nada, ni conozca nada, ni se haya averiguado nada.

- Psh! La vida…

- Si pero no me negaras que es una cosa increible que aquel crimen haya permanecido y permanezca en el misterio. Y dime, era guapa Vicenta Verdier?

- Regular. Yo no la conocì en vida. Unicamente un retrato… Que retrato! Y que trabajo me costò adquirirlo!

- Sigue, sigue.

- Hazte cargo de dos apuros que pasamos todos los reporteros graficos cuando, una vez que se supo lo del crimen, acudimos a la calle de Tudescos y nos hallamos con la sorpresa de que en la casa no habia ningun retrato de la victima.

- Es posible?

- Como te lo estoy diciendo. Se conoce que el asesino o los asesinos tuvieron un gran cuidado en hacerlos desaparecer.

- Que cosa mas rara.

- Asi fue que nadie, absolutamente nadie, tenia un retrato de la pobre mujer que tanto nos hizo trabajar a todos. Preparè mi maquina. Ice las fotografias habituales en todos estos casos tristisimos, y cuales no serian mi asombro, mi sorpresa y mi alegria, cuando a la maÑana siguente, cuando fui a la casa del crimen con Fernandez Luna, hallè detras de una puerta un retrato polvoriento de Vicenta verdier!

- que casualidad!

- Seguramente era que aquel retrato no habia agradado a la infeliz, que, abandonandolo en aquel lugar, me dejò la unica fotografia que de ella se pudo encontrar.

- Y que hiciste con el?

- Sacar unas copias, que entreguè a la Policia y al Juzgado.

- Y el original?

- El original? El original?... Deja que recuerde… Si… Creo que se lo dì, con otras fotografias, a Fernandez Luna.

Hacemos una pausa. Aprovechando aquellos instantes de relativo descanso, comentamos – no para el publico sino para nosotros – aquel crimen apasionante de que todavia se habla. Adventuramos hipotesis, conjeturas, ideas. Pensamos en el destino de aquella desdichada, victima no sabemos de que tragedia. Pensando en ella, recordamos aquellos dias febriles de trabajo abrumador que pesaron sobre todos nostros; dias en que la opinion pedia informaciones del suceso, que no podiamos darle por falta de antecedentes, y detalles, pormenores, datos y noticias que escaseaban.

Al fin, cansados de aquella divagacion, y metidos ya de lleno en el retrato de los grandes crimenes, recordamos – como no? – otro de los mas sensacionales entre los cometidos en Madrid.