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Italiano: Articoli di stampa del El Heraldo di Madrid in cui vengono intervistati tre protagonisti delle prime indagini accorsi sul luogo del delitto in via dei Tedeschi 15/17, il 13.6.1907 nel primo pomeriggio. Uno è il commissario Fernandez Luna e gli altri due sono Antonio Caro e Angel Ortega, rispettivamente, commissario e ispettore del distretto del Centro di Madrid che ricordano le loro infruttuose indagini dovute principalmente all'omertà degli interrogati e smentiscono che Antonio Perez de la Cuesta, lo spagnolo arrestato in New Jersey nel 1927 possa essere stato l'assassino della Verdier come da lui stesso millantato al solo scopo di farsi rimpatriare gratis. Vedi l'articolo apparso su La Vanguardia nello stesso giorno 15.2.1927. L'ex commissario Antonio Caro ricorda come l'amante ufficiale della Verdier, fosse il facoltoso uomo d'affari José Romillo, molto noto a Madrid, il cui patrimonio si vociferava ammontasse a quattro o cinque milioni di pesetas. Ancora una volta l'amante fisso della Verdier viene confuso con i suoi cugini Sainz Romillo titolari di una cartoleria in piazza Callao, 6 nelle immediate adiacenze di via dei Tedeschi nel centro di Madrid.
Date
Source El Heraldo de Madrid, 15.2.1927 pag. 1
Author El Heraldo
Español: EL FAMOSO CRIMEN DE LA CALLE DE TUDESCOS

EL COMISARIO SR. FERNANDEZ LUNA CREE QUE EL ASASINO DE LA VERDIER FUE MUERTO EN RIÑA EN LA CARRETERA DE CARABANCHEL

Hemos hablado esta mañana con el comisario D. Ramon Fernandez Luna sobre el crimen famoso de la calle de Tudescos.

- No intervine yo en este sceso – nos dice -, como insinua anche un periodico. Por aquella fecha me hallaba destinado en la estacion de las Delicias, para evitar que los delincuentes se fugaran a Portugal, como venian haciendo…

- Pero despues, no llegò a intervenir en este suceso de la calle de Tudescos?

- Años despues, si, siendo comisario del districto del Hospital. En virtud de unos anonimos recibido en el Juzgado de instruccion del Centro se abriò de nuevo el sumario y el juez me encargò que hiciera unas investigaciones…

- Y de aquellas investigaciones de usted, no sacò nada de pratico?

- Nada, en realidad; se trataba de una venganza. Asì pude comprovarlo…

- Dejò usted abandonadas sus investigaciones?

- No; yo siempre he seguido todo suceso con interes por verdadera vocacion profesional… Seguì particularmente, desde luego, mis investigaciones, pudiendo apreciar la precipitacion con la que obraron en los primeros momentos, especialmente el teniente de Seguridad señor Alestuy, que, como recordarà, tuvo el duelo con Blasco Ibañez…

- Usted praticò alguna inspeccion ocular en la casa del asesinato?

- Varias, no una.

- Y cree, como se dice, que el autor pudo escapar por la ventana de la cocina hasta el tejado de la casa contigua?

- Materialmente imposible, aunque el autor hubiese sido un consumado acrobata… De intentarlo, hubiero ido a caer al fondo del patio.

- Por donde pudo salir?

- Por la puerta misma de entrada del cuarto. Al abrir esta quedaba un hueco grande entre la pared y la puerta, y, ademas, esta tapaba media puerta de entrada al comedor. El criminal esperò a que abrieran, oculto tras de la puerta, y como con las autoridades entraron todos los vecinos de la casa y otras muchas personas que transitaban por la calle, cuya curiosidad atrajeron los gritos de la victima, el criminal, aprovechando estos momentos de confusion, se mezclò con las autoridades y curiosos y saliò por la escalera.

- Usted supone, por sus investigaciones, que fuè un elemento pagado por realizar el crimen?

- No; no lo creo; tengo la evidenzia que fuè el amante de corazon. De mis investigaciones saquè la prueba que Vicenta Verdier habia sido agredida en otras ocasiones por un hombre, que era su amante, porquè esta frecuentaba una casa de mala nota… La noche anterior al crimen, Vicenta estuvo en la verbena de San Antonio… Està probado que el amante de corazon, el chulo, llamemosle con propriedad, estuvo a buscarla en su casa momentos despues de salir ella y que profiriò una amenaza. Al dia siguente fuè a visitarla y seguramente le pediria dinero o disputarian por la ausencia de la noche anterior, y surgiò el crimen. Que el autor de la muerte de aquella desgraciada mujer conocia la casa no cabe duda alguna, pues de lo contrario no hubiera obrado con tanta serenidad, sobre todo teniendo en cuenta que realizzò el hecho en pleno dia y que la peinadora acostumbraba a servir a Vicenta entre una y dos de la tarde..

- Pudo huir el criminal de Madrid?

- Pudo, que duda cabe! Però yo creo que no huyò…

- Usted sabrà quien era ese amante?

- El Sr. Fernandez Luna calla un momento, y despues agrega:

- Seguro, no… Tengo mis sospechas..

- Y aquel individuo? [n.d.r Antonio Perez de la Cuesta]

- Aquel individuo apareciò muerto de una puñalada en riña, hace unos diez años, en la Carretera de Carabanchel..


LAS POLICIAS QUE INTERVINIERON DIRECTAMENTE EN EL CRIMEN DE LA VERDIER

Hemos estado hablando esta tarde con D. Antonio Caro y D. Angel Ortega, comisario e inspector, respectivamente, del districo del Centro cuando ocurriò el crimen de la Verdier. Ambos toman cafè en Platerias, y recuerdan que aquel crimen les diò mucho que hacer y con poca fortuna. No lograron jamas averiguar nada.

Nosotros intervinimos directamente en este asunto desde el primer momento – nos dice D. Antonio Caro, viejecito simpatico, ya jubilado de su cargo. – Era el dia de mi santo, el dia 13 de junio de 1907; yo habia invitado a tomar cafè aquì a Ortega y al otro inspector.

El Sr. Ortega, que està delante nos dice:

Aquel dia se marchaban los reyes a Aranjuez, y yo fuì comisionado para cubrir carrera. A la una, cuando dejè este servicio, fuì corriendo a casa para comer en seguida y acudir a la invitacion de D. Antonio. Nada mas llegar, este me dijo que habian degollado a una mujer en la calle de Tudescos: Salì disparato hacioa el lugar del sceso, y allì desde entonces mi compañero y yo hicimos toda clase de pesquisas: Se pregustò a todo el mundo: portera, vecinos, vecinos de la calle de Silva, contigua a Tudescos.., nada; ni la mas leve sospecha.

En este asunto – añade el señor Caro – todo el mundo fué sordo, ciego y mudo.

Bueno; pero aquella mujer tenia un amante conocido de todo el mundo, no?

Si; el celebre Romillo, un ombre muy rico, que tenia quatro o cinco millones de pesetas, segun decia la gente. Creo que aun vive…

El Sr. Romillo – sigue hablando el inspector – fué el primer sorprendilo. Jamas habia tenido ni la mas leve sospecha de que Vicenta Verdier, su amante oficial – el “todo Madrid” lo sabia – tuviese otro amante, un chulo, segun el calificativo del caso.

Yo lo primero que hice fué ira donde se encontraba el Sr. Romillo. Su hermano (*) tenia una libreria en la plaza del Callao, y allì me encaminé. Al entrar me dijo el hermano:”Busca usted a mi hermano? Pues no hace falta; ya ha ido con su otro compañero, y estaran en la Comisaria.

El Sr. Romillo fué puesto en libertad muy pronto, sin que pudiera declarar nada. Parece mentira! Nadie supo nunca nada de este hombre incognito!

Luego para usted serà un motivo de emocion, el hallazgo de este hombree – les decimos.

Bah! No haga usted caso – tercia D. Antonio Caro -. Ese, si es verdad que ha declado sere l autor del crimen de la Verdier, no es mas que un “fresco” que ansia volver a España, y hace ttal declaracion para que lo traigan gratis, y luego aqui demostrar que no lo es.

Es posible? No es el primer caso. Pero se ha dado algun caso parecido con relaziona este crimen? No uno; varios – nos dice el inspector -. Ha sapido dos o tres casos de quienes se han confesado autores del crimen de la Verdier, en el extranjero, y luego no eran mas que unos “frescos”que lo querian era que los trajeran a España.

  • Notas: El comisario Antonio Caro se confunde refierendose a los hermanos Teodoro y Eugenio Sainz y Romillo, primos maternos de Jose Maria Romillo y Romillo amante de Vicenta Verdier. Los hermanos Sainz Romillo eran los titulares de la papeleria de la Plaza del Callao, num.6 en Madrid.


Italiano: IL FAMOSO DELITTO DI VIA DEI TEDESCHI

IL COMMISSARIO SIG. FERNANDEZ LUNA CREDE CHE L’ASSASSINO DELLA VERDIER SIA MORTO IN UNA RISSA SULLA STRADA DI CARABANCHEL [n.d.r. un distretto della città di Madrid]

Abbiamo parlato questa mattina con il commissario sig. Ramon Fernandez Luna (*) circa il famoso delitto di via dei Tedeschi.

Non ebbi parte in questo fatto, ci dice, come invece insinua un giornale della sera. A quella data ero in servizio alla stazione delle Delicias, per evitare che i delinquenti fuggissero in Portogallo come stavano facendo.

Però dopo, non giunse ad occuparsi di questo fatto di via dei Tedeschi?

Anni dopo, si, essendo commissario del distretto dell’Hospital. Per via di segnalazioni anonime ricevute nel Commissariato del Centro si aprìrono di nuovo le indagini e il giudice mi incaricò di fare alcune ricerche.

E da quelle sue indagini non ottenne nulla di concreto?

In realtà niente; si trattava di una vendetta. Cosi potemmo accertarlo.

Lei abbandonò le sue ricerche?

No, io ho sempre seguito il fatto con interesse per genuina vocazione professionale. Continuai particolarmente, da allora in poi, le mie indagini potendo verificare la precipitazione con cui operarono nei prini momenti, specialmente il tenente di Polizia signor Alestuy, che, come ricorderà, ebbe l’incarico insieme con Blasco Ibañez.

Lei fece qualche ispezione di persona nella casa dell’assassinio?

Diverse, non una sola.

E crede, come si dice, che l’assassino possa essere scappato dalla finestra della cucina attraverso il tetto della casa vicina?

E’ materialmente impossibile, anche se l’assassino fosse stato un consumato acrobata. Tentando di farlo sarebbe caduto in fondo al cortile.

Da dove potè fuggire?

Dalla stessa porta d’ingresso dell’appartamento. Nell’aprirsi questa, scopriva una grande rientranza tra il muro e la porta, e inoltre copriva mezza porta della sala da pranzo. Il criminale aspettò che forzassero la porta d’ingresso, nascosto nella rientranza dietro la porta, e poiché insieme alle autorità entrarono tutti i vicini di casa e molti di quei passanti che avevano udito le grida d’aiuto della vittima, approfittando di quei momenti di confusione, si mescolò tra le autorità e i curiosi riuscendo a guadagnare le scale.

In base alle risultanze delle sue indagini pensa che l’assassino potesse essere un sicario pagato per compiere il delitto?

No; non lo credo, ho la prova che fu l’amante del cuore. Dalle mie indagini trassi la prova che Vicenta Verdier era stata aggredita in altre occasioni da un uomo, che era suo amante, perché questa frequentava una casa equivoca. La notte precedente il delitto, Vicenta era stata alla festa di San Antonio [n.d.r. il 13 giugno 1907 , giorno del delitto, era appunto il giorno di San Antonio]. E’ provato che l’amante del cuore, il “chulo” [gigolò], chiamandolo come merita, si recò a trovarla a casa sua poco dopo che lei era uscita di casa e la minacciò. Il giorno seguente le fece visita e certamente le chiese del denaro o litigarono per l’assenza della notte precedente e accadde il delitto. Che l’autore della morte di quella povera donna conoscesse la casa non c’è alcun dubbio. Perché altrimenti non avrebbe potuto agire con tanta calma, soprattutto considerando che compì il misfatto in pieno giorno e che la pettinatrice era abituata a servire Vicenta a casa sua tra l’una e le due del pomeriggio.

Poteva fuggire da Madrid l’assassino?

Poteva, senza dubbio; però io credo che non fuggì.

Lei saprà chi era questo amante?

Il sig. Fernandez Luna fa una pausa e poi aggiunge: certo che no. Ho i miei sospetti.

E quell’individuo? [n.d.r. riferendosi a Antonio Perez de la Cuesta di cui La Vanguardia, del 15.2.1927 a pag.23 pubblica la notizia del suo arresto nel New Jersey e che afferma di essere l’assassino della Verdier al solo scopo di farsi rimpatriare gratis in Spagna. Uno dei tanti.]

Quell’individuo figurò ucciso da una pugnalata durante una rissa, dieci anni fa, nella strada di Carabanchel [n.d.r. un distretto centrale ma popolare di Madrid].

(*) n.d.r. Il commissario Ramon Fernandez Luna fu colui a cui il cronista Alfonso consegnò l'originale, dopo averne fatto delle copie, dell'unica foto in piedi di Vicenta Verdier trovata casualmente nell'abitazione della vittima dietro una porta dallo stesso Alonso durante un sopralluogo in compagnia del commissario Fernandez Luna. Lo ricorda Alonso in una sua intervista rilasciata al giornalista Juan de Almanzora e pubblicata su La Cronica di Madrid il 1.12.1929 pagina 16. Questa fotografia fu pubblicata per la prima volta su “Nuevo Mundo”, Madrid, il 20.4.1911 página 14: foto L. Sanchez.

I POLIZIOTTI CHE INTERVENNERO DIRETTAMENTE NEL CRIMINE DELLA VERDIER

Abbiamo parlato questo pomeriggio con il sig. Antonio Caro e con il sig. Angel Ortega, rispettivamente, commissario e ispettore del distretto del Centro, quando accadde il delitto della Verdier. Entrambi prendono il caffè in Platerias e ricordano che quel delitto dette loro molto da fare e con poco risultato. Non riuscirono mai ad accertare nulla.

Noi intervenimmo direttamente in questo affare fin dal primo momento – ci dice il sig. Antonio, simpatico vecchietto, già in pensione -. Era il giorno del mio onomastico. Il giorno 13 giugno del 1907; avevo invitato a prendere qui il caffè Ortega e l’altro ispettore.

Il sig. Ortega, che ci sta di fronte, dice: quel giorno i reali partivano per Aranjuez e io ebbi l’incarico di pattugliare la strada. All’una del pomeriggio, quando smontai dal servizio, corsi a casa a mangiare per immediatamente dopo accorrere alla chiamata del sig. Antonio. Appena giunto questi mi disse che avevano agozzato una donna in via dei Tedeschi. Mi recai immediatamente sul luogo del delitto e lì, da allora, io e il mio compagno facemmo ogni genere di perquisizioni. Si interrogarono tutti quanti: portinaia, vicini di casa, vicini della via Silva, adiacente alla via dei Tedeschi; niente; neanche il minimo indizio.

In questo affare, aggiunge il sig. Caro, tutto il mondo restò sordo, cieco e muto.

D’accordo, però quella donna aveva un’amante conosciuto da tutti, no?

Si, era il celebre Romillo, un uomo molto ricco, che aveva quattro o cinque milioni di pesetas, secondo quanto diceva la gente: credo che viva ancora.

Il sig. Romillo, continua a raccontare l’ispettore, fu il primo ad essere sorpreso. Giammai aveva avuto il benché minimo sospetto che Vicenta Verdier, la sua amante ufficiale – tutta Madrid ne era a conoscenza – avesse un altro amante, un “chulo” [gigolò] per chiamarlo come merita.

Io la prima cosa che feci fu di andare dove stava il sig. Romillo. Suo fratello (**) aveva una libreria in piazza del Callao, e lì mi diressi. Appena entrato il fratello mi disse: ”Cerca mio fratello? Non occorre; già è andato con un altro suo collega e saranno già al Commissariato”.

Il sig. Romillo fu rilasciato molto presto, senza che avesse potuto dichiarare nulla.

Sembra una bugia! Nessuno seppe mai niente di questo uomo sconosciuto [n.d.r. si riferisce a Antonio Perez de la Cuesta].

Dopo sarà stato per lei emozionante rintracciare questo uomo – gli dicemmo.

Bah! Non ci faccia caso – esclama Antonio Caro – questo, anche se è vero che ha dichiarato di essere l’autore del delitto della Verdier, non è nient’altro che un millantatore che aspira a rientrare in Spagna, e fa tali dichiarazioni per essere rimpatriato gratis per poi qui dimostrare che non è lui il colpevole.

E’ possibile?

Non è il primo caso.

Ma è successo altre volte in relazione a questo delitto?

Non una; ma varie volte – ci dice l’ispettore – ci sono stati due o tre casi in cui si sono dichiarati autori del delitto della Verdier, all’estero, e poi è risultato che non erano altro che millantatori che avevano solo lo scopo di rientrare gratis in Spagna.

(**) n.d.r. In piazza del Callao al numero 6 c’era la “Papeleria” [cartoleria] dei fratelli Teodoro e Eugenio Sainz Romillo, cugini da parte di madre di José Maria Romillo y Romillo, figlio unico, amante della Verdier. L’ex ispettore Angel Ortega, o confonde i personaggi dopo tanti anni dal fatto, oppure fa riferimento esplicito a Eugenio Sainz Romillo, fratello di Teodoro Sainz Romillo titolare della “Papeleria” e segretario della "Union Mercantil" di Madrid - equivalente della Confindustria -, come indagato nell’affare Verdier. Dopo venti anni, nonostante le diffide dell'avvocato Eugenio Sainz Romillo alla stampa, il cognome suo e di suo fratello Teodoro vengono ancora confusi con quello dell'amante della vittima del delitto di via dei Tedeschi, loro cugino.

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