Identifier: p2espaasusmonume11barc (find matches)
Title: España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia
Year: 1884 (1880s)
Authors:
Subjects:
Publisher: Barcelona : D. Cortezo
Contributing Library: PIMS - University of Toronto
Digitizing Sponsor: University of Toronto

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stintos, á saber, el románico de fines del xn, el góticodel xv, y el greco-romano bastardo del xvn ó del xviii. Temerario sería asegurar, como se supone, que esta intere-sante iglesia está en pié en su parte más antigua desde lostiempos de D. Alonso el Batallador, ni aun siquiera desde losde D. García Ramírez su sucesor; pero sí tenemos por evidenteque pudo ser erigida bajo D. Sancho el Sabio ó D. Sancho elFuerte, en la segunda mitad del siglo xn. Lleva ella en su por-tada de mediodía un accidente muy característico de las cons-trucciones religiosas que en aquella época se erigían en el occi-dente de Francia, en el Poitou y la Saintonge, es á saber, lapuerta en arco sin dintel y sin tímpano, contornando su prime-ra archivolta un angrelado semejante al de muchas arqueríasornamentales de las construcciones árabes. No se ve en el arterománico este accidente más que en las construcciones de la se-gunda mitad del siglo xn. ¿Cómo se introdujo en Francia y en NAVA RRA
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PUENTE LA REINA.-Portada de Santiago S42 NAVARRA Navarra este elemento de casta oriental? De seguro no se sabe,pero puede conjeturarse. En Limoges y demás ciudades vecinas,del oeste y sur de aquel país, la proximidad de las factorías ve-necianas había formado una escuela de escultura muy florecien-te, toda de elementos bizantinos y orientales: esa escuela, apo-derada, digámoslo así, de la ornamentación de las portadas delos edificios religiosos, debió llevar al Perigord y á la Saintonge,donde la escultura apenas existía, algunos de sus elementos de-corativos, y entre estos el arco angrelado, cuyo dovelaje enri-quecía ella con menudos relieves. Los arquitectos de aquellastierras occidentales, como se verificó con el constructor de laiglesia de la Souterraine (departamento de la Creuse), no siem-pre aceptaron el angrelado de las puertas con su ornato, sinoque por lo común lo prefirieron desnudo de toda obra de escul-tura; pero en nuestra antigua Navarra el angrelado con rel

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